
Cuando llega
la primavera, este valle, situado en el nordeste
de la provincia extremeña de Cáceres, se cubre
con un manto blanco. No es nieve, como cualquier
persona desprevenida que llegara al valle podría
pensar, sino los miles de cerezos, allí
existentes, que han florecido.
El espectáculo sólo dura unos pocos días,
durante los cuales el valle está, incluso, más
bonito que de costumbre.
El acceso a
él desde Madrid se puede hacer por la N-110
atravesando Ávila, Barco de Ávila y el Puerto
de Tornavacas que desomboca directamente en la
carretera que atraviesa el valle, y desde la que
se disfruta de unos preciosos paisajes.
Algo más rápida y cómoda es la ruta por la N-V
pasando Talavera de la Reina y Navalmoral de la
Mata, y desde allí hasta Plasencia, antesala del
Valle del Jerte.
Tanto por una u otra carretera, el trayecto se
puede hacer en poco más de dos horas.
En los once
pueblos que componen el Valle, además de los
estupendos paisaje, se puede disfrutar
contemplando sus construcciones, como en
Cabezuela del Valle cuyo casco histórico está
declarado Conjunto Histórico-Artístico; o en
Piornal con una buena muestra de la arquitectura
típica serrana, basada exclusivamente en la
piedra.
Disponen de
una buena red de alojamientos de Turismo Rural y
muchas posibilidades para practicar senderismo,
pesca, parapente, paseos a caballo, piragüismo,
etc.
Algunas
buenas direcciones son:
Oficina
de Turismo del Valle del Jerte
Comarca
del Valle del Jerte
Cocinar
con Cerezas del Jerte
Rebollar
Club de Vuelo Libre Valdeamor
Casa Carroyosa
Alojamiento y actividades.
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